Álvaro Delgado
Peña durante el 70 aniversario de la creación de la Secretaría de Salud. Foto: Benjamin Flores |
MEXICO,
D.F. (apro).- Pese a partidos de oposición comparsas, a medios de
comunicación cortesanos, a periodistas zalameros e intelectuales mudos,
Enrique Peña Nieto se derrumba.
Y con él, por supuesto, México también se cae.
A un año de su toma de posesión, que con el Pacto por México inauguró el ficticio “mexican moment”, Peña empeoró a México.
Las cifras oficiales así lo acreditan: Del 3.5 de crecimiento que prometió, si acaso se llegará a un punto que, en los hechos, es nada.
El desempleo alcanzó cifras récord: Aumentó a 5.2% de la Población Económicamente Activa (PEA) entre julio y septiembre frente al 5.1% registrado en mismo periodo de 2012, por lo que 2.7 millones de personas no tienen trabajo.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de desempleo en las localidades grandes, donde está más organizado el mercado de trabajo, llegó hasta 5.9%, mientras que en las que tienen de 15,000 a menos de 100 mil habitantes llegó a 6%, y sólo en las que tiene menos de 15 mil fue de 4.6%.
La violencia y la inseguridad siguen imbatibles: El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) reconoce que, entre el 1 de diciembre de 2012 y 31 de octubre de este año, se iniciaron 17 mil 68 averiguaciones previas por homicidio doloso, lo que implica que esa es, por lo menos, la cifra de muertos relacionada con el crimen organizado.
Este cómputo de homicidios es mañoso, porque una averiguación previa suele involucrar a más de uno de éstos, por lo que la cifra de muertos relacionados con el crimen organizado es mucho mayor a los 17 mil 68 reconocidos por el gobierno de Peña.
Cifras del INEGI, que es formalmente un organismo autónomo, indican que en 2006, el primer año del sexenio de Felipe Calderón, se cometieron en México 10 mil 452 asesinatos, menos de la mitad de la cifra anual con la que se estrena Peña.
La Cruzada contra el hambre, el programa emblema del gobierno de Peña y que se propuso erradicar el hambre de 7 millones de mexicanos, es sólo una entelequia.
Y el combate a la corrupción, la principal enfermedad nacional, es otra simulación.
Con las reservas que implican los resultados de estas encuestas, que pueden tener el mismo sesgo favorable observado durante la campaña presidencial –de hasta 10 puntos porcentuales–, concluyen que Peña registra una caída en el apoyo de los mexicanos, aumenta el rechazo a su gestión, es aprobado sólo por la mitad de éstos y se estima que los problemas se le están saliendo de control.
Hace una semana, el martes 19, “El Universal” difundió una encuesta de Buendía & Laredo, levantada a principios de noviembre, en la que sólo 50% de los entrevistados aprueba la gestión del priista.
Esta aprobación de Peña Nieto representa un descenso de cinco puntos porcentuales con relación al mes de agosto, mientras que la desaprobación aumento ocho puntos: Pasó de 29% en febrero a 37% este mes.
Una caída más importante se ve en las perspectivas de los mexicanos. Cuando a comienzos de 2013 44% del país consideraba que se iba por buen camino, la cifra actual cayó a 33%, mientras que quienes consideran que se va por mal camino son 40% de la población.
Finalmente, 63% de los encuestados consideró que los problemas están rebasando a Peña, por apenas 31% que opinó que tiene los problemas bajo control.
Una encuesta con la tendencia a la baja de Peña la difundió Mitofsky en vísperas del 1 de septiembre, primer informe de gobierno, cuando la aprobación era de 56%, la peor en el mismo periodo ante Carlos Salinas (70%), Calderón (66%), y Vicente Fox (62%), Peña Nieto (56%) y sólo arriba de Ernesto Zedillo (44%).
Mitofsky decía que, después de cuatro trimestres consecutivos en los que mejoró la percepción sobre la situación económica, en agosto de 2013 dejó de hacerlo. En esas fechas, 31% decía que hoy estamos mejor y 66% que estamos peor…
Esta empresa, dirigida por Roy Campos, deberá dar a conocer su más reciente evaluación a principios de diciembre y seguramente será, como la de “El Universal”, reprobatoria para Peña.
¿Qué Peña sí cumple? Qué tontería.
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
Y con él, por supuesto, México también se cae.
A un año de su toma de posesión, que con el Pacto por México inauguró el ficticio “mexican moment”, Peña empeoró a México.
Las cifras oficiales así lo acreditan: Del 3.5 de crecimiento que prometió, si acaso se llegará a un punto que, en los hechos, es nada.
El desempleo alcanzó cifras récord: Aumentó a 5.2% de la Población Económicamente Activa (PEA) entre julio y septiembre frente al 5.1% registrado en mismo periodo de 2012, por lo que 2.7 millones de personas no tienen trabajo.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de desempleo en las localidades grandes, donde está más organizado el mercado de trabajo, llegó hasta 5.9%, mientras que en las que tienen de 15,000 a menos de 100 mil habitantes llegó a 6%, y sólo en las que tiene menos de 15 mil fue de 4.6%.
La violencia y la inseguridad siguen imbatibles: El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) reconoce que, entre el 1 de diciembre de 2012 y 31 de octubre de este año, se iniciaron 17 mil 68 averiguaciones previas por homicidio doloso, lo que implica que esa es, por lo menos, la cifra de muertos relacionada con el crimen organizado.
Este cómputo de homicidios es mañoso, porque una averiguación previa suele involucrar a más de uno de éstos, por lo que la cifra de muertos relacionados con el crimen organizado es mucho mayor a los 17 mil 68 reconocidos por el gobierno de Peña.
Cifras del INEGI, que es formalmente un organismo autónomo, indican que en 2006, el primer año del sexenio de Felipe Calderón, se cometieron en México 10 mil 452 asesinatos, menos de la mitad de la cifra anual con la que se estrena Peña.
La Cruzada contra el hambre, el programa emblema del gobierno de Peña y que se propuso erradicar el hambre de 7 millones de mexicanos, es sólo una entelequia.
Y el combate a la corrupción, la principal enfermedad nacional, es otra simulación.
Con las reservas que implican los resultados de estas encuestas, que pueden tener el mismo sesgo favorable observado durante la campaña presidencial –de hasta 10 puntos porcentuales–, concluyen que Peña registra una caída en el apoyo de los mexicanos, aumenta el rechazo a su gestión, es aprobado sólo por la mitad de éstos y se estima que los problemas se le están saliendo de control.
Hace una semana, el martes 19, “El Universal” difundió una encuesta de Buendía & Laredo, levantada a principios de noviembre, en la que sólo 50% de los entrevistados aprueba la gestión del priista.
Esta aprobación de Peña Nieto representa un descenso de cinco puntos porcentuales con relación al mes de agosto, mientras que la desaprobación aumento ocho puntos: Pasó de 29% en febrero a 37% este mes.
Una caída más importante se ve en las perspectivas de los mexicanos. Cuando a comienzos de 2013 44% del país consideraba que se iba por buen camino, la cifra actual cayó a 33%, mientras que quienes consideran que se va por mal camino son 40% de la población.
Finalmente, 63% de los encuestados consideró que los problemas están rebasando a Peña, por apenas 31% que opinó que tiene los problemas bajo control.
Una encuesta con la tendencia a la baja de Peña la difundió Mitofsky en vísperas del 1 de septiembre, primer informe de gobierno, cuando la aprobación era de 56%, la peor en el mismo periodo ante Carlos Salinas (70%), Calderón (66%), y Vicente Fox (62%), Peña Nieto (56%) y sólo arriba de Ernesto Zedillo (44%).
Mitofsky decía que, después de cuatro trimestres consecutivos en los que mejoró la percepción sobre la situación económica, en agosto de 2013 dejó de hacerlo. En esas fechas, 31% decía que hoy estamos mejor y 66% que estamos peor…
Esta empresa, dirigida por Roy Campos, deberá dar a conocer su más reciente evaluación a principios de diciembre y seguramente será, como la de “El Universal”, reprobatoria para Peña.
¿Qué Peña sí cumple? Qué tontería.
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
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