Álvaro Delgado
MÉXICO,
D.F. (apro).- Si el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio
Chong, no se sumó a la temporada de “destapes” presidenciales no fue
porque “falta mucho tiempo”, como alegó la semana pasada, sino porque
tiene perfectamente claro que Enrique Peña Nieto tiene un solo
prospecto que no es él, sino Luis Videgaray Caso.
Lo que era sabido sólo en el cerrado círculo de Peña ya es comidilla
general: Al único personaje que Peña escucha y obedece –no al revés– es
a Videgaray, el todopoderoso secretario de Hacienda que simboliza la
política neoliberal aplicada en México desde hace tres décadas.
La estrechez de esta relación se explica no sólo en términos
políticos, sino hasta sicológicos, una dependencia que llama la
atención de los altos funcionarios que han terminado por someterse al
que fue motejado como el mejor ministro de finanzas de América Latina.
Esa es la razón por la que no sólo Osorio Chong puede decir que
ambiciona ser presidente de México, sino también por la que Manlio
Fabio Beltrones no será presidente del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), como ambiciona para catapultarse a la candidatura
presidencial.
Esto también se dice en el gobierno: Entregarle el PRI a Beltrones
sería la capitulación de Peña y eso Videgaray jamás lo podría permitir.
Peña ya le ofreció a Beltrones Pemex, puede entregarle
Comunicaciones y Transportes, o cualquier otra secretaría, pero jamás
el PRI al que, en todo caso, llegaría Osorio Chong para operar la
sucesión a favor de Videgaray.
El problema para el propio PRI es qué clase de candidato sería
Videgaray. Evadido de la realidad nacional, como la mayoría de quienes
forman parte de la alta burocracia, este personaje ha resultado un
fiasco aun con las reformas “estructurales”.
Para el primer año de gobierno, 2013, Videgaray prometió que México
crecería a una tasa de 3.9% del PIB y luego que sería de 3.5%. Pero
este último pronóstico lo recortó tres veces para dejarlo en 1.3% y
finalmente el PIB creció apenas 1.1%. Es decir, cero.
Para 2014, Videgaray prometió 3.9%, luego lo bajó a 2.7 y finalmente
quedó en 2.1%. Un crecimiento que corresponde a la estatura del
gobierno.
Y para este año de 2015 fijó el pronóstico de crecimiento en 4.1%,
pero en enero mismo lo bajó a 3.9% y a finales de mayo le recortó un
punto porcentual para fijarlo en 2.9%. El Banco de México estima que
podría bajar hasta 2.66%.
Como dice el colega Carlos Acosta Córdova, crecer a 2.9% –o 2.66– y
no a 4.1% o a 3.9% significa que hay menos empleos, que las ventas y el
consumo son menores, que las utilidades de las empresas bajan, que el
gasto público y privado, así como la inversión, también se reducen. En
suma, que la economía es más débil.
Para el próximo año, 2016, el escenario tampoco es para hacer
fiesta: La economía crecerá, si acaso, en 3%. Videgaray apostaría a una
recuperación en 2017, el año previo a la elección, o a generar
prosperidad antes de las elecciones de 2018.
Si, en efecto, Videgaray es el candidato presidencial priista –lo
que ahora se da como un hecho, pero que no necesariamente lo será en
2017–, va directo al fracaso.
Apuntes
Margarita Zavala, quien ambiciona regresar a Los Pinos con su marido
Felipe Calderón, podría enfrentarse a Videgaray y el cargo podría
quedar en familia. Son primos políticos. La esposa de Videgaray,
Virginia Gómez del Campo, es prima de Margarita. Más aún: José Manuel
Gómez del Campo Gurza, primo hermano de Margarita y hermano de la
senadora Mariana Gómez del Campo, es uno de los abogados a los que Peña
Nieto les entregó una notaría en Metepec, el 13 de septiembre de 2011,
dos días antes de terminar su mandato de gobernador… Sobre el PAN, el
diputado Ricardo Anaya no tendrá un día de campo para llegar a la
presidencia del PAN. Por lo pronto, el senador Javier Corral, el padre
de la reforma que permitió que los militantes elijan a candidatos y
dirigentes, será su rival en la elección del 16 de agosto…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
No hay comentarios.:
Publicar un comentario