Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
En
una cuarta parte de las entidades del país grupos civiles han
denunciado el aumento de violencia hacia las mujeres, por lo cual
exigen que se emitan alertas de género.
Estado de México, Chiapas, Nuevo León, Guanajuato, Baja California, Colima, Morelos y Sonora se encuentran en la mira.
Tras las denuncias de organizaciones no gubernamentales, el marco
legal indica que un grupo de especialistas investigará cada caso y
emitirá un informe.
Los diagnósticos realizados en las entidades mencionadas, con
excepción de Sonora, donde apenas se iniciarán, muestran deficiencias
graves en políticas públicas: ausencia de protocolos especializados en
la investigación de delitos contra la libertad y seguridad sexual, así
como deficiente registro de casos de feminicidios y de desaparición de
mujeres. Además, los análisis comprueban una alta incidencia delictiva
hacia estas últimas.
No obstante, ningún caso ha merecido el grado de alerta de género,
mecanismo incluido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia, cuya aplicación supondría una reacción
inmediata para atender la crisis.
La razón de que no se haya emitido ninguna alerta, explica la
titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Lorena Cruz
Sánchez, es que el marco normativo cambió.
Antes, la solicitud de la organización civil se sometía a votación
del Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres, el cual está presidido por la Secretaría
de Gobernación y en el que participan enviados de los gobiernos
estatales, el Inmujeres, el Consejo para Prevenir la Discriminación, el
DIF y otras dependencias federales. En ese contexto nunca se registró
una votación suficiente para emitir la alerta.
Ahora, con un nuevo reglamento, no se somete a votación, sino que se
integra un grupo de investigación. Con el análisis en mano se da al
gobernador un plazo para que diga si admite las recomendaciones. Es
decir, la alerta sólo saldría a la luz si el mandatario estatal se
negara a admitir el informe y a cumplir con los cambios propuestos.
Recomendaciones cumplidas
“Los grupos de trabajo están evaluando si se está
cumpliendo (con las recomendaciones expuestas por el grupo de trabajo)…
Tal vez (la alerta de violencia de género) no se emite como tal, pero
por lo pronto los estados están cumpliendo con las recomendaciones”,
dijo Cruz Sánchez a La Jornada.
Por ejemplo, Guanajuato, primera entidad en entrar en este nuevo
mecanismo, no tenía protocolos de investigación de muertes con
presunción de feminicidio; tampoco estaba tipificado ese delito en su
gaceta o periódico oficial, ni contaba con agencias especializadas del
Ministerio Público para atender a las víctimas, por lo cual las mujeres
violadas esperaban tres o cuatro horas a que les tomaran declaración
porque el turno era para casos de robos de automóvil.
Estas investigaciones están empujando a las entidades a atender y prevenir la muerte de mujeres, dijo la funcionaria.
Admitió, sin embargo, la prevalencia de rezagos, en especial en la
clasificación de delitos; las procuradurías sólo emiten datos generales
de la incidencia de homicidios o lesiones, por ejemplo.
Otro reto es homologar leyes. Si bien en todas las entidades está
tipificado el feminicidio, no hay una armonización legislativa nacional.
Uno de los más recientes estudios es el de Baja California, el cual
detalla que no es posible saber cuántas niñas, adolescentes y mujeres
indígenas, migrantes y personas de la comunidad homosexual han sido
víctimas.
Por ello se propone generar un banco estatal de datos, elaborar un
programa y leyes para atender este fenómeno y dotar al Instituto de la
Mujer con recursos humanos y materiales suficientes, entre otros
aspectos.
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