Ya había yo mencionado, en este espacio y el 7 de junio, que
con los partidos chicos el trato es totalmente injusto. Lo mismo se trata, por ejemplo, al Partido del Trabajo, que lleva años de existencia y trabajo, que ha construido instalaciones de salud y de educación, que ha organizado colonias urbanas, que otro partido que se formó de la noche a la mañana. Cuentan los números, y ya, que van cambiando sin orden. Pero no son sólo los números de voto directos, que hasta ahí sería más justo, sino que cuentan lo mismo los votos provenientes de una alianza.
Ahora se difunde la especie de que el Partido del Trabajo (PT) ya
está ilegalizado, ya está muerto, etcétera. Ya le negaron la
participación en próximas elecciones locales extraordinarias en julio
en Chiapas.
No se informa al público sobre las revisiones en varios estados
sobre las votaciones. Yo lo supe el martes, por una persona enterada,
de que ya se hizo el recuento en Oaxaca, y le dio 800 votos más al PT.
Le faltaban, antes de esto, para el 3 por ciento de la legalización
completa, unos 3 mil votos, a los que habría que restar los 800. No sé
si haya habido otros casos, porque nada de esto ha salido en los
periódicos, pero puede haber más votos a favor del PT que no se quieren
hacer públicos. Sin embargo, sí se informan los pasos ilegales hacia el
entierro del PT, legal y registrado, pero que lo quieren enterrar
aunque sea vivo. Esto recuerda a formas de actuar de los nazis.
Pedro Vázquez, representante ante el Instituto Nacional Electoral
(INE), dijo que Lorenzo Córdova, presidente consejero, aún les debe una
explicación sobre la
desapariciónde 37 mil 37 votos del sistema de cómputo distrital, después del fallo del sistema del 8 de junio.
Se está en proceso de controlar los bienes del PT, como parte del asesinato ilegal.
También se nombró un interventor por parte de las autoridades electorales, como anticipo de ese asesinato.
Se calcula que el proceso terminaría hasta agosto o septiembre. Pero
los funcionarios siguen cavando ya la tumba para enterrarlos. Quieren
aparecer como muy seriecitos, pero ya calladitos copian a los nazis.
Claro,
se habla de un sistema democrático, de unas elecciones muy legales,
pero cada suceso como estos y otros, hacen que la gente considere lo
contrario.
Varios partidos se han inconformado por diversas irregularidades.
Hemos hablado de hechos de violencia en varios casos. Varios muertos.
Hemos citado ejemplos de que el partido que gobierna un área gana en
ella con más facilidad, por el uso de su poder para obtener más votos.
Recordamos el regalo masivo de televisiones por el gobierno antes de
los comicios. Esto es un delito, pero la autoridad electoral lo aceptó.
Por si fuera poco, el gobierno y el Partido Revolucionario
Institucional cuentan con el Partido Verde, que les hace los trabajos
sucios y que cuando es castigado, por una parte mínima de sus delitos,
luego las autoridades lo perdonan o lo compensan de las multas.
Recordamos que los fraudes electorales empiezan con meses antes de
los comicios. Ya mencionamos algunos ejemplos. La imagen internacional
del país se vio afectada cuando el relator de la Organización de
Naciones Unidas sobre torturas y tratos crueles condenó vicios
oficiales. Este relator fue atacado por funcionarios mexicanos, por
decir la verdad en este país de las mentiras. Eso no paró las críticas
externas contra los fraudes electorales.
Recordamos que la fragmentación múltiple no ayuda a las elecciones.
El Partido Acción Nacional ha ganado comicios con votaciones bastante
bajas, porque los otros nueve, o algo así, estaban todavía peor.
Es el colmo que, a estas alturas, tengamos elecciones tan sucias, y
se ensucian más con este intento del asesinato de un partido, insisto,
registrado y legal. ¿Quién va a confiar en las altas autoridades de las
elecciones?
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