"Padrote es
el explotador sexual de mujeres y niñas, las compra y las vende", y es
lo que sucede en Tenancingo, Tlaxcala, señaló la periodista.
“En 2009 empecé investigar el tema de la trata de personas por un asunto que pasó en la redacción de El Universal,
de una señora que llamó para avisar que habían secuestrado a su hija.
En esa búsqueda del trabajo periodístico, la mamá ubicó a la hija en
Reynosa, Tamaulipas, víctima de trata de personas”, relató la
periodista y autora de Tierra de padrotes, Evangelina Hernández.
En entrevista para Aristegui CNN, dijo que “mientras recorrí Tenancingo, Tlaxcala, le prometí a muchos de los ciudadanos que se dedican a tratar de limpiar la imagen, que iba a decir que no todos son padrotes, pero sí la mayoría”.
“Ahí empiezo a ver cómo está la ruta de la trata de persona y ubico Tenancingo; en la primera visita encuentro a una víctima de un padrote”, indicó.
Comentó que “entrar a Tenancingo no es fácil. No hay restaurantes,
no hay hoteles, no hay industria, no hay un campo que esté boyante, es
solitario, de calles áridas…”
“En el 2009 entro con placas del Distrito Federal, y veo que niñas y
señores se hacen señas con un espejito. Luego al intentar comprar un
café en una tienda, nos dijeron no, aquí no hay café, vayan al pueblo que sigue”.
En este trabajo “lo que hicimos fue tratar de entrar a las entrañas de Tenancingo,
y no es sólo mi investigación, es la investigación de antropólogos
sociales que han demostrado que se naturalizó la violencia contra las
mujeres, en los últimos cuarenta años ser padrote se ha convertido en
el oficio del pueblo”.
“Me fui a investigar hasta las entrañas, a buscar a las mamás, a las
hermanas, a las sobrinas , a las tías, en las escuelas… y los niños
cuando les dice el profesor ¿qué quieres ser de grande? dicen quiero ser padrote, y les preguntan qué es un padrote; a ver profesor, un padrote es como mi papá que tiene varios autos, varias viejas y es un hombre poderoso“.
Comentó que “el padrote en el mejor de los casos las enamora, pero ahora las raptan en poblaciones como Veracruz, Chiapas, Oaxaca, se han profesionalizado, del oficio han hecho un a profesión”.
Las mujeres raptadas “son cada vez más jóvenes”.
También en el DF
En la calle Luis Donaldo Colosio en la Ciudad de México, en la tarde todos los días “empieza el desfile de jovencitas,
tengo fotos donde los padrotes las bajan en vehículos distintos o
taxis, porque las redes de taxis también se convierten en parte de esta
oreganización”, agregó.
“Ahí las bajan y las paran en esa calle, desde las doce del día hasta las tres o cuatro de la mañana, todas tienen cuota de pago que le dan al padrote por día, es una exigencia”.
Están ahí con mallones, blusas cortas y pegadas, un rostro triste,
una mirada perdida, esa es la manera en la que las controla el padrote, aquí o en Nueva York,
porque los padrotes de Tenancingo se han profesionalizado tanto que
tienen redes de trata en Atlanta, en Los ángeles, en Nueva York, en
Denver, ¿cómo cruzan?”, preguntó.
“Dicen los padrotes, sus familias y los antropólogos sociales que el centro de reclutamiento
son lo estados del sur-sureste de nuestro país. Es rapto porque nadie
paga por ellas, son las víctimas más pobres. Luego las meten a
Tenancingo donde las someten a todo tipo de vejación, empezando por
violencia sexual, violencia emocional, física, pánico que les generan,
sometimiento para que pierdan fuerza. Las traen a la Merced como su
centro de capacitación en la prestación del sexoservicio”, indicó.
“Vas a la Merced y te encuentras a esas jovencitas que luego van a estar en Tijuana, y ahí están hasta que juntan para el ‘coyote’, para pasar a Estados Unidos”.
Noé Quetzal uno de los padrotes más buscados por el
FBI fue detenido en Tenancingo y está preso en la Ciudad de México, “él
se considera un hombre feo, según esto no les alcanzaba para
enamorarlas, entonces las rapta. Raptó a una jovencita en Puebla y la
lleva a casa de sus papás… la viola en la primera noche, la golpea, la
tiene sometida durante tres meses. La primera noche se va y la deja al
cuidado de la abuelita, después la cuida su hermana y después la
sobrina”, relató.
Ella tuvo un hijo con Noé, quien se lo quitó, y ella por “tratar de
rescatar al hijo hace todo, la manda sola a Tijuana, relata cómo baja del avión ve a los policías federales, era su oportunidad de denunciar, pero piensa en su hijo y no denuncia… ahorita tiene una sentencia de 20 años, pero tiene procesos pendientes”.
Publicado el Martes 23 de junio de 2015
La
escritora y periodista, Evangelina Hernández, relata en ‘Aristegui’ el
problema de la trata de mujeres en esta región de México.
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