revoluciontrespuntocero.com
Urge que haya reciprocidad en
la relación entre México y España, pues a la fecha sólo es favorable a
los intereses ibéricos, como lo patentiza el hecho irrefutable de que
las principales empresas de la nación europea instaladas en nuestro
país, obtienen aquí sus principales ganancias. Se dirá que los
españoles no tienen la culpa y quien así lo exprese tiene razón. La
culpa es de los malos gobernantes mexicanos, cuya mentalidad parece
haberse estancado en el siglo diecinueve, por lo que ven a los
extranjeros como los “hombres blancos y barbados” a quienes deben
rendir pleitesía, y dejarlos llevarse nuestras principales riquezas a
cambio de “espejitos” y palmaditas en la espalda.
Por eso el rey de España,
Felipe VI, se mostró muy complacido de venir a reunirse con alguien que
le hizo recordar los tiempos dorados en los que la Corona española veía
a los mexicanos como súbditos que debían obedecer a pie juntillas las
instrucciones de los virreyes. Así lo captaron las lentes de fotógrafos
suspicaces en los encuentros que Enrique Peña Nieto tuvo con el jefe
del Estado español. Este fue muy complaciente con un político dispuesto
a revivir épocas que se creían superadas pero que el fundamentalismo
neoliberal rescató del olvido. De ahí que lo felicitara en cuanta
oportunidad tuvo por su “valentía” para sacar adelante las reformas
estructurales. ¿Cómo no iba a hacerlo si gracias a este cambio
constitucional las empresas ibéricas podrán depredar México con más
presteza y a menores costos?
Felipe VI mencionó que aquí
en nuestro país operan más de 5 mil empresas de capital español, no
dijo sin embargo que algunas de ellas se han enriquecido como no lo
habían soñado sus accionistas, sin que dejen beneficios reales a los
mexicanos. ¿O si podría decirse lo contrario de la constructora OHL,
cuyas ligas con Peña Nieto están a la vista de todos desde los tiempos
en que fue gobernador del estado de México? La lista de capitalistas
ibéricos que se están enriqueciendo de manera fabulosa es larga, como
si estuviéramos en tiempos de la Colonia, cuando España era un imperio
que podía expoliar las riquezas de las tierras conquistadas en América
Latina. En la actualidad, sin las riquezas que se llevan de México
muchas de esas empresas estarían en la quiebra. En cambio gozan de
cabal salud financiera, como los dos principales bancos ibéricos que
operan en nuestro país.
Más gusto le debe haber dado
al monarca español, escuchar a Peña Nieto afirmar que la prioridad de
su administración es “mantener la sólida estabilidad macroeconómica”.
Es decir, que los capitalistas ibéricos no deben preocuparse por los
problemas derivados de la crisis social por el aumento de la pobreza en
México. Este flagelo no impactará en las finanzas de las grandes
empresas, lo que será reforzado con las reformas estructurales, como la
energética, donde los capitales españoles ya tienen un buen camino
recorrido. Con énfasis dijo Felipe VI: “A pesar de la crisis económica
vivida en nuestros países, los intercambios y la colaboración al máximo
nivel siguen siendo una constante y cada vez se ven más fortalecidos”.
Lástima que sólo sean “al
máximo nivel”, no lleguen ni siquiera a las clases medias de nivel
alto, por lo que la pobreza seguirá siendo también una constante y cada
vez más dramática. Sin embargo, en España el pueblo empieza a moverse
realmente con una finalidad progresista, como lo demostró el ascenso
electoral de la izquierda agrupada en la organización Podemos. Esta
movilización democrática se verá fortalecida merced a la entrada en
vigor de la nueva Ley General de Seguridad Ciudadana, bautizada como
“ley mordaza” con tintes franquistas, porque está orientada a
restringir las protestas sociales y criminalizar a las organizaciones
más contestatarias.
Aquí en México, por el
momento sólo está activa la mayoría magisterial que protesta contra la
mal llamada reforma educativa, que Peña Nieto considera como la
principal en el paquete de medidas reaccionarias que definen a un
“gobierno” al servicio de la élite oligárquica. Sin embargo, la crisis
seguirá creciendo exponencialmente, como lo prueban los hechos, por
ejemplo la imposición de IVA a los alimentos “chatarra”, de los cuales
se alimentan cada vez más mexicanos empobrecidos. Esto será
determinante para una movilización cada vez más dinámica, como sucede
actualmente en España.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario