2/16/2012

México: Dar tiempo al tiempo…



Gerardo Fernández Casanova
(especial para ARGENPRESS.info)


“Que el fraude electoral jamás se olvide.
Ni tampoco los miles de muertos inocentes.”

…que de amor y dolor alivia el tiempo, reza la palabra del vate tlalpeño, Renato Leduc. Tal pareciera ser la intención de los capos del negocio neoliberal europeo: que los griegos se cansen de reclamar y no les quede de otra que apechugar y someterse al dictado que les arrebata una parte importante de sus ingresos y su bienestar. Aunque también es esa la apuesta de los agraviados de Grecia, en espera del ascenso de la protesta de los españoles que, una vez instalado en el gobierno el troglodita Rajoy, enfrentan con indignación los más severos recortes en el nivel de vida. En los mismos términos se van calentando las cosas en otros países del Viejo Continente y, al tiempo lo veremos, concurrirán al derrumbe continental del régimen impuesto por los dueños del dinero mundial; sólo hace falta igualar los tiempos.

El que pone sus barbas a remojar es Obama; pretende imponer mayores gravámenes a los más ricos para financiar un programa agresivo de aumento del gasto público en infraestructura y desarrollo para recuperar empleos, incluyendo la repatriación de empresas que emigraron en busca de mano de obra esclava y la corrección de su comercio exterior deficitario. A ver si se lo permiten los republicanos o si los votantes le renuevan la confianza con la reelección y, si tal sucede, que lo pueda ejecutar. La capital del neoliberalismo trata de corregir el rumbo en sus territorios, aunque lo mantiene incólume para el resto del mundo colonizado. Hágase, Señor, tu voluntad en los bueyes de mi compadre.

El que tiene la barba y la baba secas es el paracaidista instalado en Los Pinos. El ufano “estadista global” sigue ajeno al estado nacional y no aprende la lección: el barco se hunde y el país se incendia y al del galardón al buen comportamiento entreguista, sólo se le ocurre inventar que los chinos ganan “infinitamente menos que los mexicanos”. Tal como lo pintan los que lo conocen y que documenta el nuevo libro de Julio Scherer, el sujeto, además de pequeño, es intolerante, obstinado e intransigente. Se hizo de la presidencia “haiga sido como haiga sido” y gobierna con la misma fórmula. Siempre pierde, pero como buen charro “cuando pierde arrebata”. A ver cómo se las baraja la Vázquez Mota para sortear sus arrebatos.

Y hablando de arrebatar. Son varios los amigos que me insisten en eliminar el recuerdo permanente del fraude electoral, con el que encabezo estos artículos semanales. Se los agradezco pero, con todo respeto, creo indispensable insistir y en recalcarlo, no como una amenaza de venganza (como tal vez alguien lo entienda) sino como nodo histórico que explica mucho de nuestra lamentable realidad; no sólo es cosa de repudiar el robo de la facultad soberana de elegir gobernantes, sino también de aquilatar el costo que para todos significa la ilegitimidad del gobierno y el rompimiento del estado de derecho. Así mismo, es preciso recordarlo para ocuparnos en que no se repita jamás.

Hace bien Andrés Manuel en su respuesta a tantos levantacejas que machacan con lo que ellos llaman el error del plantón del 2006. De no haberse conducido la protesta de esa forma hubiera habido muertos; unos por la represión a una protesta violenta; otros, tal vez todos, por la pérdida absoluta de la confianza en el futuro del país. Esos mismos levantacejas son los que ensalzan a los jóvenes de las revueltas del norte de África, particularmente a los libios que derrocaron al “nefasto Gadafi” con las armas de la OTAN, debidamente telenovelada por CNN y demás agencias noticiosas al servicio de la CIA. Mismos que colocan todos los reflectores en la campaña electoral de Venezuela, con los opositores a la revolución debidamente maquillados para su aparición en escena en el papel de mártires de la libertad. Me queda claro: si se protesta contra un gobierno nacionalista y contrario a los intereses gringos, es que son “luchadores por la democracia y la libertad”; los que protestan contra el fraude que impone a un gobierno entreguista somos simples terroristas. Preparémonos y no permitamos un nuevo fraude. La historia no nos lo perdonará.

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